Los obispos católicos acaban de publicar su valoración sobre el texto de la nueva constitución que propuso la convención elegida para esto. Lo publican después de darse un tiempo y en medio de un ambiente polarizado, donde el diálogo y la escucha parecen ausentes, nadie quiere comprender, todos solo pretenden convencer. Los obispos proponen mirar más allá del plebiscito, con una clara preocupación por el futuro.
Recuerdan la tradicional enseñanza del voto en política; tiene que ser libre, consciente e informado. Buscando siempre el bien común. También, dan una valoración ética de algunos de los puntos que, para ellos, parecen un avance y de aquellos que no, exponiendo los fundamentos de su opinión, de manera sintética pero minuciosa.
Gran parte de sus opiniones son conocidas desde antes, pertenecen a la doctrina que la iglesia católica ha ido desarrollando en materias sociales. No se puede decir que hay gran novedad pero hay dos claves muy iluminadoras para el tiempo en que estamos.
La primera clave es recordar la necesidad de actuar siempre en conciencia. Apelar a la conciencia, es decir al las convicciones más profundas de cada persona que busca lo bueno, es un llamado a la responsabilidad y a una aplicación muy simple, nadie puede obligar a nadie por determinada postura, ni por autoridad ni por pertenencia a grupos, el voto es personal y cada persona tiene que decidirlo. Es deber cívico concurrir a las urnas, la opción que se escoja es eso, una elección, que cada persona tiene que asumir con responsabilidad sabiendo que forma parte de una búsqueda común. No se traiciona nada si se hace de manera responsable, y actuando en conciencia, ya sea una u otra opción.
La segunda es entender que cuando se dialoga con otros buscando el bien común, en materias sociales, de justicia, incluso del amor al prójimo, nunca se alcanzan de una vez a la perfección. En la declaración, citan al Papa Francisco en el documento “todos hermanos” (Fratelli Tutti) “el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día”. Lo que hacen los obispos es invitar a “que nadie se reste de colaborar en la construcción de un proyecto común.”
Los obispos católicos, hablando de materias sociales han dejado de lado cualquier dogmatismos o ausencia de diálogo y lo expresan invitando a escucharnos mutuamente, “No puede ser que creamos, cualquier persona o sector, que la verdad está solo de nuestra parte, o que solo nosotros estamos en el lado correcto de la historia.” Es una gran oportunidad participar de este acontecimiento histórico, y seguir participando, después del plebiscito, seguiremos viviendo juntos y el compromiso tiene que ser la paz. El día 4 septiembre será importante para todos, más aún, lo será el día siguiente.