No ha sido fácil desarrollar los procesos catequéticos en las comunidades de los diferentes países dada la situación sanitaria en que vivimos. Así también pasa en nuestra diócesis. Por ello, el que las familias hagan su mayor esfuerzo por bautizar, acompañar la primera eucaristía, la confirmación, se casen o pidan unción para sus enfermos es importante de destacar.
La necesidad de recibir los sacramentos ha obligado a realizar procesos híbridos o virtuales y demandado a los catequistas aprender y adaptarse a las nuevas tecnologías sin perder lo espiritual ni el vínculo cercano. Y con las iglesias con mínimos de aforo, cada celebración ha logrado una intimidad y al mismo tiempo relevado el sentido de comunidad.
En la Parroquia El Sagrario, Santuario Santa Teresita de Los Andes y Capilla Familia de Nazareth, se han vivido decenas de celebraciones.
El presbítero, Luis Flores Quintana, párroco de las comunidades, señala que “No son pocos los padres, novios, jóvenes y niños que en la pandemia han dado un hermoso testimonio de fe y con todas las medidas sanitarias han celebrado sus sacramentos. Hemos celebrado bautismos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios, y esperamos que se sigan inscribiendo. En pandemia hay que seguir siendo cristianos”.
El 4 de junio se realizaron primeras comuniones en la Iglesia Catedral donde recogimos la experiencia de la familia venezolana Barazarte Figueredo, sus hijos Larry y Samuel, recibieron el sacramento luego de dos años de preparación virtual; ellos y sus padres estaban felices y agradecidos de sus animadores y asesores. Para mí, dijo Damelys (mamá), es una bendición que hayamos podido concluir este proceso, fue muy bueno para todos y me emociona que nuestra familia en Venezuela haya podido verla en directo por el Facebook de la parroquia.