En su patio se emplaza un palto enorme y añoso, que cada temporada, generosamente les entrega alrededor de 230 kilos de su fruto, los que son recogidos por los fieles y luego vendidos entre la comunidad cercana. Gracias a esta actividad han realizado importantes adelantos. “Llevamos más de 20 años cosechando el palto en el mes de mayo, con el dinero que obtenemos compramos útiles de aseo, flores, hostias, hace poco arreglamos los baños, pintamos y hemos cambiado ventanas, entre otras mejoras”, señaló Beatriz Baeza, coordinadora de la capilla.
Esta hermosa comunidad, compuesta mayoritariamente por adultos y adultos mayores, también es reconocida en su Población Santa Elvira, por realizar ricos estofados que reunían a más de 300 personas. “Ahora por la pandemia no pudimos hacerlo, pero ya vamos a reeditarlo con más ganas después que esto pase. Con esa actividad nos hacía famosos, era una gran actividad comunitaria”, aseguró Beatriz.