Del virus todavía no terminamos de conocer sus comportamientos, las secuelas ni sus mutaciones. La expectativa es que, en unos meses, tendríamos vacuna y con esa información, mágicamente, comenzamos a pensar en que el próximo año, aunque no sea al inicio, tendremos normalidad. Nos olvidamos, o no escuchamos, que faltan meses para la vacuna, que una vez que se apruebe tendrá que fabricarse y distribuirse y que eso llevará meses; otro tanto, el proceso de vacunación masiva. Si todo va bien, los epidemiólogos dicen que el 2022 ó 2023 podríamos convivir amigablemente con el virus. Podemos estar optimistas, pues, aunque hay virus que han hecho mucho daño no se ha logrado encontrar vacuna, en este caso, hay grandes avances y ensayos prometedores por la efectividad y la velocidad.
Del proceso constituyente escuchamos, en algunos, un optimismo exagerado y poco realista, se la ve como la solución a todos los problemas sociales. Por otra parte, hay personas que piensan que es un engaño, otros que ya está escrita o que, como están las cosas, podría salir un mamarracho. No faltan los que piensan que siendo un logro de los movimientos sociales se escribirá, página a página, entre todos. La verdad es que, siendo la más importante de las leyes, no legisla todo; que por acuerdo los constituyentes serán 155 y que, existe voluntad para aumentarlos y así integrar y escuchar a los pueblos originarios. Pero eso requiere acuerdos que todavía no se logran. ¿Usted sabe cuántos constituyentes son en su región? En Ñuble, en total, cinco, como en todo el país los elegiremos con el sistema proporcional, el mismo de la última elección de diputados. Si todo sale bien, y se logra acuerdo entre los constituyentes, habría una votación en el 2022 para legitimarla. ¿Sabía usted que si los constituyentes, en un año, no logran acuerdo se mantiene la que está?.
Es el momento de comportarnos con responsabilidad. De no hacerlo cabe la posibilidad que el virus nos invada más todavía y que, por otra parte, nos quedemos sin nueva Constitución, son los peores escenarios. Ambos son posibles. No nos entusiasmemos con lo que, objetivamente, no podemos hacer ni nos corresponde. Como región no hemos podido bajar el número de afectados por el virus. En el plebiscito, nuestra participación estuvo bajo los promedios nacionales e históricos. Necesitamos una sociedad capaz de dialogar, de tener amistad social y una cultura de convivencia, en que erradiquemos las descalificaciones, las agresiones y, sobre todo, crear un ambiente en donde llegar a acuerdo sea nuestra normalidad.
Luis Flores Quintana.
Sacerdote diocesano.